viernes, 13 de noviembre de 2009

PROFE.. SUELTAME EL TIMON


En este ensayo se pretende dar a conocer la importancia de identificar cual es el perfil mas adecuado para un docente en su misión como acompañante y animador y no como quien pretende solo transmitir información o llenar de conceptos las mentes de sus estudiantes. Es hora de soltar el timón a quienes necesitan formarse y aprender a sortear las olas de un mar que es cada vez mas agitado por la inmediatez en los procesos, la materialización de los sueños, la perdida de sentido existencial, y la indiferencia ante las necesidades ajenas.
Para ello tomamos como base los capítulos 1 y 2 del libro “Rutas de reflexión y acción pedagógica” de José Jaime Díaz Osorio. En la “Función del Maestro en la nueva pedagogía y en el contexto de la fundación Universitaria Luis Amigó”, FUNLAM.

La historia de la educación ha pasado por un proceso en el que la interacción entre docente y estudiante ha dado una vuelta fundamental parta el desarrollo integral de los que se forman en los espacios escolares. Antes se concebía la educación como una experiencia en la que importaba enseñar conceptos, paso luego a un deseo impetuoso de producir, de funcionar, de desarrollar habilidades y destrezas, todo esto es fundamental, sin embargo hoy nos damos cuenta que quienes se mueven solo en estas dimensiones; mente – conocimiento, hacer – producir, no siempre desarrollan una convicción profunda de su ser, de su propia autenticidad y sobre todo del desarrollo de competencias que favorezcan el crecimiento integral en todas las funciones que envuelven al ser humano y que le capacitan para sortear la realidad que le rodea y su influencia directa dentro de la sociedad.
Hoy es necesario propiciar de manera inteligente un ambiente Educativo en el que el estudiante sea el protagonista de su propia formación, hay que motivar en ellos el interés y el deseo por aprender, pues bien dice Perogrullo “ El estudiante no aprende lo que le enseña el Maestro, ni lo que está en el programa o en el texto; solo aprende lo que le interesa” , por tanto es vital despertar en ellos la pasión por su propia autoformación, hablarles con un lenguaje claro, establecer una buena interacción entre estudiante y docente, organizar creativamente los contenidos y actividades de aprendizaje, tener buenos recursos y apoyos didácticos, generar un ambiente en el aula adecuado para estimular el trabajo en equipo, la colaboración y la solidaridad.
Es importante tener en cuenta los contenidos, deben ser interesantes, apropiados y aplicables en el contexto donde se muevan los estudiantes. Fomentar la autonomía, ofrecer reconocimientos y recompensas que estimulen y reconozcan el esfuerzo de los estudiantes, tomar la evaluación como un medio en el que se pueda ver la historia del propio aprendizaje, respetar los tiempos y los ritmos del aprendizaje, tener actitudes y expectativas que contribuyan verdaderamente a la consecución del objetivo tanto del docente en su misión como acompañante como del estudiante en su misión de recrear su propio proyecto de vida.
También es importante desplegar en el docente habilidades que le permitan acompañar el proceso del estudiante mediante una actitud imparcial, comprensiva, equitativa, menos rígida, creando ambientes de participación, retroalimentación, investigación, elaboración de criterios auténticos, de conceptos que contribuyan a su propio desarrollo como docente y no solo del estudiante. Del mismo modo esta llamado a dinamizar las formas de pensamiento que hay entre los estudiantes para que puedan llegar a ser críticos, creativos, reflexivos, creadores de nuevas estrategias que les permitan dignificar su propia vida y la de los demás.
Nada de esto se podría si no hay una flexibilidad que genere rupturas en las metodologías, currículos, evaluaciones, criterios preconcebidos, en los discursos inherentes al docente, en la estructuras mentales, es urgente abrir espacios de acción, en los cuales se pueda constatar el proceso de aprendizaje del estudiante, en los que se fortalezcan sus competencias, sus habilidades, su propia forma de ver la vida y de actuar en ella desde los lugares cotidianos y concretos donde pueden llegar a proyectar sus conocimientos. Esto es lo que yo llamo, soltar el Timón es dar la oportunidad al estudiante de hacerse dueño de su aprendizaje, es incentivar en él, el gusto “por desarrollar sus competencias para encontrar la información requerida, seleccionarla, procesarla, y aplicarla en situaciones especificas”, es acompañar su propia realización, permitiendo a l docente ser testigo de este crecimiento, mediante su acompañamiento, y motivación, mediante su testimonio y dedicación, es activar permanentemente estrategias que generen en las personas cambios que los lleven a ser dueños de su propia historia y los lancen a ser un aporte significativo en una sociedad donde cada vez es mas urgente contar con personas que promuevan la dignidad, la justicia, la libertad y la paz, profesionales de alta calidad y excelencia, con un buen desarrollo integral, como dice la FUNLAM.



Lady Giovanna Ávila Arias
Lic. Teología

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